Entonces, poder disfrutar de tu vídeoclip favorito no era tan sencillo como ahora. Mi amigo Javi y yo, que por aquel entonces no habíamos cumplido los 14 años, nos pasábamos tardes enteras frente a la tele esperando a que pusieran 'nuestros vídeos' para grabarlos en decenas de cintas VHS que guardábamos como oro en paño.
Podíamos estar horas escuchando el mismo CD y más si era de nuestros irlandeses favoritos y disfrutábamos de cada canción valorando lo que nos había costado conseguirla. Eso cuando no era una cinta en la que escuchabas todas las canciones cara tras cara sin saltarte ninguna.
Puede que ahora todo sea más sencillo, pero yo no cambiaría tantas horas de esfuerzo porque lograron llenar de magia cada tema, cada disco, cada vídeo.
¿Te acuerdas?