Adolfo Dominguez ha encontrado la esencia del verano y la ha suavizado en una colección de aires delicados y sencillos. Sin estridencias ni en el color ni en sus formas, sobre los tejidos recae todo el peso del diseño propio de un sastre consagrado. No le falta ningún elemento: pantalones tobilleros, grandes campanas, plisados, cinturas altas o talles bajos conforman un lookbook de perfiles sutiles y tonos cálidos.
El punto como apuesta y la naturalidad como himno.